Crear un restaurante que representa los valores y la tradición de la cocina japonesa. Para ello hemos creado un espacio con diferentes salas, que nos permite experimentar su cultura a través de la decoración y la comida.

Generar tres espacios diferentes, unidos por un pasillo que reproduce una máquina del tiempo. Cada espacio es una apuesta diferente y disruptiva que nos permite conocer las diferentes tendencias de su cocina y tradición. Desde la entrada al local que reproduce una autentica taberna japonesa “Izakaya” el pasillo que nos lleva al Japón de mediados del SXX y finalizar en la sala Kobe, para degustar las exquisiteces y cortes de sus carnes.

Elección de todos y cada uno de los materiales y sus acabados, que nos permitan fidelizar y recrear los diferentes espacios. Cuidado máximo de la señalética, identidad y litografías. La gestión del proyecto ha sido sumamente cuidadosa, para poder replicar la tradición, delicadeza y buen gusto de su cultura.